4º Domingo de Pascua
Lectura del evangelio según San Juan 10,27-30
«Mis ovejas escuchan mi voz»
Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos una sola cosa".
Oremos por las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras.
+ Padre Miguel Ángel Chabrando -CSsR-